Superó Ulises las adversidades del viaje, porque tuvo siempre a Ítaca en su corazón y en su mente.
Así nuestro horizonte: pleno de claridades que nos ayuden a surcar las aguas imprevisibles, sus negros remolinos, sus escollos, sus abismos, los cantos de sirena. Lo que importa es el trayecto; gocemos, pues, de sus bellos paisajes y del calor de sus puertos con la esperanza de una travesía venturosa.
Así nuestro horizonte: pleno de claridades que nos ayuden a surcar las aguas imprevisibles, sus negros remolinos, sus escollos, sus abismos, los cantos de sirena. Lo que importa es el trayecto; gocemos, pues, de sus bellos paisajes y del calor de sus puertos con la esperanza de una travesía venturosa.
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