Ayer nos sorprendía la prensa con la noticia de la muerte del cocinero Santi Santamaría en la ciudad de Singapur. El polémico autor de La cocina al desnudo ha vuelto a sorprendernos otra vez con su propia muerte, inesperada, temprana y, al parecer, en el mismo territorio que constituyó el paisaje y la pasión de su vida: la cocina.
En este mismo blog ya le hice un soneto que ahora vuelvo a reproducir a modo de homenaje
SONETO GASTRONÓMICO
A principios del siglo veintiuno,
cansados de comer sin comer nada,
algunos se rebelan con la espada
viperina de un discurso importuno
y critican los mínimos crujientes,
la química imparable, reducciones
que apenas suministran digestiones
o algo que perseguir entre los dientes.
Santi Santamaría reivindica
“La cocina al desnudo” y sus sabores:
desde El Racó de Can Fabes lo explica.
La tradición esgrime sus razones
y de dardos empanados salpica
la paz en que vívían los fogones.
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