miércoles, 13 de junio de 2012
ÉXITO DE VENTAS DEL MANIFIESTO COMUNISTA
No deja de ser
curioso, aunque las circunstancias actuales lo expliquen o lo justifiquen, que
una edición del Manifiesto comunista
ilustrada por Fernando Vicente y publicada por la Editorial Nórdica, sea éxito
de ventas en la 71ª Feria del Libro de Madrid.
La explicación
a este fenómeno, impensable hace tan sólo un par de años, puede estar en la
desorientación que hoy se tiene con respecto a temas políticos o ideológicos,
desorientación que puede estar latiendo en el fondo de esta noticia que, a
pesar de todo, no deja de ser una sorpresa, dado el descrédito en el que habían
caído las ideologías de izquierdas y, sobre todo, el comunismo, a raíz de la
caída de los regímenes del “telón de acero” y del “muro de Berlín”.
Es obvio, sin
embargo, que el fracaso de unos regímenes concretos y sus dirigentes no
significa que la ideología que los sustentaba fuera un despropósito o se haya
quedado obsoleta, pues el valor de una idea no merma aunque las personas que la
defiendan o la representen no sepan, no puedan o no quieran llevarla a cabo de
manera adecuada, justa o procedente. Si esto fuera así, las ideas de amor o la
de pobreza y humildad que predica el cristianismo tendríamos que haberlas
tirado por el desagüe hace mucho tiempo, si juzgáramos su bondad o la ausencia
de la misma en función de sus representantes y dirigentes.
Es posible,
pues, que ante la falta de horizontes o de alternativas de futuro en las que
nuestras sociedades se hallan y a la vista del panorama desalentador y
desilusionante que un día sí y otro también generan el sistema en el que
vivimos y los políticos que lo sustentan, la ciudadanía quiera buscar otra vez
en las palabras y en las propuestas que hace ya más de un siglo sembraron
esperanza e ilusión en buena parte de la humanidad.
martes, 5 de junio de 2012
lunes, 4 de junio de 2012
CÓMO COCINAR UN CRISTO CRUCIFICADO (RIPIOS)
A Javier Krahe
Un Cristo crucificado
es receta medieval
que, al horno, con poca sal
y con mantequilla untado,
es un bocado exquisito
para la época estival.
No comer por Carnaval
ni tampoco en crudo o frito,
porque merma su sabor
y se torna hasta banal
este plato celestial
si no tiene ese calor
que el horno le proporciona
y el verano complementa.
Se sirve sin vestimenta,
con corona o sin corona,
al gusto de cada cual.
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