Calificar de
“magnífica” una carga policial contra una manifestación, o es un desconocimiento del lenguaje y su
conexión con la realidad de los acontecimientos, o es la consecuencia de la
ideología que subyace en el interior de cada cual y que muestra quiénes somos y
cómo pensamos, incluso a veces de manera no intencionada, como una trampa del
inconsciente. Si la afirmación procede de un Ministro del Interior, produce
escalofríos.
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