A Vincent Van Gogh
Qué locas pincelas. Girasoles.
Trigales. Cuervos. Tu sombrero. Lirios.
Qué bella marejada de amarillos.
Qué frenesí sin par de los colores.
Ardiente rojo y azules misteriosos.
Espesa sombra y transparente cielo.
Materia y luz amándose en el lienzo,
entre ocres y naranjas luminosos.
Desde un aire ondulante, casi vivo,
tus rostros nos contemplan: afilados
rasgos, sombreros, barbas, porte altivo;
testigos mudos de tu agitado ego…
que en un revólver vio campos alados
para alcanzar, por fin, paz y sosiego.
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