miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL RAPTO DE EUROPA

El verdadero rapto de Europa no es el que se nos narra en la mitología y que han recreado los artistas, sino el que se está produciendo en la actualidad por culpa de especuladores, financieros, mercaderes, empresarios, agencias de calificación y otras hierbas del gran capital, coadyuvados por políticos sin escrúpulos que en vez de luchar y trabajar por los ciudadanos a los que representan, se dejan sobornar y deslumbrar por los brillos podridos de un sistema de producción incapaz de ver más allá de su propia codicia, de sus intereses y ambiciones.

Pero no es solo Europa. Esa mirada a corto plazo que caracteriza a unos y a otros en sus egolatrías y en sus voracidades crematísticas nos está poniendo a la humanidad entera y al planeta en que habitamos, al borde del abismo. No son pocos ni sencillos los problemas que nos acucian a nivel global en estos inicios del siglo veintiuno y, sin embargo, ellos siguen empeñados en conseguir, conservar o incrementar sus necias parcelas de poder, de privilegios y de riquezas, al margen de un mundo que está pidiendo a gritos un nuevo orden planetario que anteponga los intereses de todos (incluidos no humanos) sobre los de una minoría que solo le interesa la amplitud o el color de su ombligo.

Y lo más desalentador en este horizonte de tormentas económicas e idiotez que nos asola, es que no se vislumbra siquiera un rayo de esperanza que atraviese esa espesa cortina de nubarrones de corrupción y de miopía política que son el pan nuestro contaminado y corrompido de cada día.



2 comentarios:

Fran. dijo...

Querido Joaquín, mi padre que ha vivido y ha pasado lo suyo, ya me dijo hace un par de años una frase escueta pero que le está dando la razón: "Hijo, llevamos mal camino y esto no puede acabar bien". Espero que se equivoque.

Joaquín Paredes Solís dijo...

Yo también lo deseo. Es cierto que con la edad nos volvemos un poco más pesimistas, pero también soy de la opinión de que no es buen camino alejarnos de la solidaridad, la igualdad o la justicia, por ejemplo, que han marcado las pautas que nos han proporcionado sociedades en las que vivimos todos mejor, proporcionándonos libertades, derechos e igualdad de oportunidades. Un abrazo.