viernes, 22 de octubre de 2010

REGRESO

Después de más de un mes sin ordenador y de haberse acumulado en ese espacio virtual que parece infinito multitud de e-mails, una cantidad considerable de entradas de blogs sin leer (lo que escribe la gente), noticias y acontecimientos que han escapado al comentario (premios Nobel concedidos, comienzos de curso disparatados, mineros que han retornado a la claridad del día…), vuelvo a esta realidad del espacio virtual con la sensación no sé si del que ha estado enfermo, ausente, enajenado, o del que regresa de unas vacaciones, hasta tal punto uno puede verse condicionado por los medios de los que hacemos depender nuestra existencia, ya que es difícil evitar ser hijo del tiempo que a cada cual le toca vivir, con todas las ventajas y los inconvenientes que conlleva esa circunstancia, concepto que Ortega elevó a categoría filosófica fundamental para explicar la esencia del devenir humano y su relación con el mundo.
Es cierto, no obstante, que el presente no tiene la suficiente perspectiva para juzgarse a sí mismo y evaluar la importancia que sus logros van a tener para el futuro; sin embargo, es evidente que los medios técnicos de que hoy disponemos, tanto informáticos como telemáticos, por mencionar sólo algunos, están constituyendo una verdadera revolución en los modos y maneras de vivir, de pensar y de actuar, están construyendo un porvenir inimaginable hasta hace muy poco tiempo.
Parece que vivir sin ellos ya no es posible o que tendríamos que acostumbrarnos a desarrollar nuestro existir de una manera totalmente diferente.

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