domingo, 30 de octubre de 2011

SEÑORES FEUDALES




Vivimos tiempos convulsos y confusos, donde se han difuminado ciertos valores que creíamos a salvo de retrocesos e involuciones, como la libertad, la honradez, el esfuerzo, la lucha por la igualdad y los derechos de las personas, la justicia o la solidaridad, por poner algunos ejemplos, que cristalizaban en la que se denominó sociedad del bienestar.

En los últimos años, sin embargo, desde la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética y lo que ésta conllevaba desde el punto de vista ideológico, los muros de contención del capitalismo se rompieron y éste, eufórico y triunfante, puso su acento en una codicia exacerbada por acaparar de forma desmedida el poder, la riqueza, los medios de producción o los de información y comunicación, produciéndose, cada vez más, una fisura, una quiebra importante entre los que tienen cada vez más de todo y los que carecen cada vez más incluso de lo necesario. Parece que están desapareciendo las clases medias para dar lugar a una sociedad donde las diferencias son cada vez más profundas, rompiéndose una tendencia a la igualdad que, desde el final de la II Guerra Mundial, había sido el único horizonte social digno de ser perseguido.

No es de extrañar que en este medio pantanoso de límites imprecisos y turbios, surjan nuevos señores feudales que consideren que tienen todo el derecho a avasallar y ultrajar de nuevo a los que consideran, a los que siempre han considerado, sus siervos.







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