viernes, 25 de septiembre de 2009

EL LIBRO ELECTRÓNICO

EL LIBRO ELECTRÓNICO

El primer libro electrónico que vi lo llevaba Kent Greenberg. Él y su pareja, Judith, llegaron en mayo de Boston y nos llamaron para estar juntos un día en Madrid. Siempre lo hacen y a nosotros nos gusta visitar lugares y charlar con dos personas cultas, encantadoras y generosas cuando vienen a España cada poco tiempo. En esta ocasión visitamos el Prado para ver la exposición de Sorolla con sus paneles de las Visiones de España pintados para la Hispanic Society of America. Mi hijo Joaquín, que actuó de cicerone, nos llevó también a visitar el espacio de Caixa Forum y su jardín vertical, espacios recuperados que hacen la ciudad más habitable. Hacía calor y entre cafés, cañas, comida, conversación y helados, Kent nos habló de las ventajas de su libro electrónico, que podía traer y llevar en sus viajes por el mundo y que facilitaba sus posibilidades de lectura, incluidos los bajos precios de los libros que adquiría de forma rápida y automática y que se incorporaban a su biblioteca portátil.
También Carmen Balcells apuesta por el libro electrónico. En una entrevista que le hace Juan Cruz y que se publica el 27 de agosto, la agente literaria apuesta por las nuevas tecnologías, por un nuevo formato que tendrá ventajas en el futuro. Una de esas ventajas será la de llegar a cualquier parte y a cualquier posible lector.
Sobre todo, si este nuevo formato es capaz de captar lectores, bienvenido sea.
A lo largo de la historia ha habido diferentes formas de transmitir la información: la piedra, el papiro, el pergamino o el papel sólo han sido diferentes modos a través de los que el hombre ha sabido transmitir sus conocimientos, sus sueños, sus símbolos y sus ideas. Pero lo importante es que haya lectores.

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