Anoche tuvimos la oportunidad de escuchar en la Peña “Amigos del Flamenco” al cantaor malagueño Andrés Lozano, acompañado a la guitarra de Paco Jimeno. Andrés Lozano Gil (Manilva, 1951) tiene la apariencia de un catedrático de metafísica, de un intelectual de izquierdas o de un poeta en apuros, cualquier cosa parece menos un cantaor de flamenco. Sin embargo, posee una voz muy personal e interpreta los cantes con gestos y maneras que tienen el sabor añejo de algo que se está perdiendo en el flamenco, un pellizco, una manera de sentir y transmitir el cante que llega hasta las fibras más sensibles del aficionado, ya que este cantaor aporta la jondura necesaria para que así sea. Anoche interpretó malagueñas, minera, soleá, peteneras, alegrías, siguiriya y fandangos con su particular manera de forjar el cante y proporcionando a los presentes una velada flamenca que ya es difícil de ver y escuchar.
Acabado el cante, la noche se prolongó hasta la madrugada en una charla amena en la que se habló sobre todo de cante, de los vaivenes del mismo y de las personalidades de Antonio Mairena y de Rafael Romero “El Gallina”.
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