Me encontraba el viernes en Málaga con Federico Vázquez esperando a Luis Soler Guevara y a su sobrino Ramón Soler, con los que pasamos una agradable velada hablando de flamenco, cuando vi la fotografía en la portada de El País y leí la noticia en su interior. La fotografía pertenece a la exposición “Camerinos” que Sergio Parra exhibe en Mérida y en ella se ve al actor Asier Etxeandía minutos antes de salir a escena para representando a Dante en una versión de “Infierno”, del esloveno Tomaz Pandur.
Retiran la fotografía de la exposición. Dimite Blanca Portillo. Presiones de una sociedad pacata, excesivamente preocupada más por las apariencias de una moral caduca que por el arte, el conocimiento o cualquier expresión que no sea su propia imaginería y su propia y anticuada visión del mundo y del hombre. Imponiendo su censura a todo lo que no esté en la línea de sus creencias.
Parece que tuvieran el monopolio de la sensibilidad, del respeto y de la decencia cuando realmente son ellos los que avasallan con sus tambores, con sus trompetas, con sus imágenes, sus campanas, sus consignas, sus adoctrinamientos seculares y sus cánticos y manifestaciones inundando las calles y las plazas, penetrando a la fuerza en los oídos y en las retinas de aquellos paseantes que no comparten su modo de vida, sus ritos y sus ceremonias, avasallando los espacios comunes, cortando el tráfico y el paso de los ciudadanos que deben soportar, estoicos, el final de sus muestras de fe no compartidas. Así muestran su tolerancia y su respeto sedimentado a lo largo de los siglos con el convencimiento de que únicamente sus credos tienen tienen bula y derechos. ¡Fuera máscaras!
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