Quizás pocos sepan que a Serlock Holmes le gustaba el queso. Le gustaba mucho, sobre todo un queso en especial. Este fue un detalle que le pasó desapercibido no sólo a los lectores sino al mismísimo Sir Arthur Conan Doyle. Es más, esta afición fue la causa de la frase más conocida del famoso detective.
Por errores de traducción, por desconocimiento o por descuido, el caso es que nadie reparó en la afición culinaria del detective. Éste, cada vez que estaba enfrascado en un caso, y como todo el mundo sabe, se dirigía a su ayudante, el imprescindible doctor Watson, y le pedía algo de queso, que era casi lo único que ingería cuando su mente necesitaba concentración. Posiblemente por alguna deficiencia de su organismo, que necesitara ingerir lácteos. Quién sabe. El caso es que cuando su ayudante le preguntaba “¿Cuál prefiere?”, Holmes le contestaba, como es evidente, “el emmental, querido Watson”, que traduce con claridad gastronómica las palabras con las que el detective expresaba su preferencia por ese queso suizo de grandes ojos, originario del valle del río Emme.
No obstante, es normal encontrar otra respuesta en las novelas de Conan Doyle y en boca de Serlock Holmes, la respuesta que se ha hecho incluso más célebre que el propio protagonista de la misma: “elemental, querido Watson”.
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