domingo, 9 de mayo de 2010

UTOPÍAS


Desde que allá por 1516 Tomás Moro publicara su Utopía, el término ha adquirido gran relevancia en el pensamiento social, político y filosófico.
“Utopía” es el nombre que el autor dio a una colectividad ficticia cuya organización política, económica y cultural contrastaba con las sociedades europeas coetáneas a Tomás Moro, y refleja una sociedad idealizada. Desde el punto de vista etimológico, el término hace referencia a un “no lugar” o al “buen lugar”, con el que Moro designó una isla perdida cuyos habitantes habían logrado el Estado perfecto, caracterizado por la convivencia pacífica, el bienestar físico y moral y el disfrute común de los bienes.
En su avatar a lo largo del tiempo, este término ha tomado con frecuencia el significado de “lo imposible”, aquello a lo que no se puede acceder, lo que no se puede conseguir, lo irrealizable, lo que por su perfección es imposible de ubicar o construir por los seres humanos.
Sin embargo, el concepto de utopía, a mi modo de ver, tiene relación con el carácter dinámico y variable de los seres humanos, con su capacidad de crear y de soñar y de materializar, al menos en parte o poco a poco, lo que es capaz de idear o concebir. Utopía se acerca así al concepto de horizonte, aquello que sirve como referencia pero que, a medida que vivimos, que experimentamos, cambia, se transforma en función de nuevos intereses, conocimientos y perspectivas que surgen inevitablemente en todo devenir.
El horizonte utópico es, pues, un horizonte que cambia a medida que se avanza y que sirve fundamentalmente para orientar las acciones, las inquietudes y la esperanza de los seres humanos.
La República de Platón, la Utopía de Tomás Moro, La Ciudad del Sol de Campanella, La Nueva Atlántida, de Francis Bacon, Voyage en Icarie, de E. Cabet, Shangri-La, de James Hilton o Walden Dos, de B. F. Skinner, publicada el mismo año que la distopía 1984, de George Orwell, no son sino expresiones diversas de la manera de concebir este horizonte lábil y siempre cambiante de los sueños y los deseos humanos por mejorar sus propios paradigmas.

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