viernes, 8 de abril de 2011

RUTA DE LA LANA II



Lejos han quedado en estos días de ruta la violencia y la guerra que devoran las entrañas de Libia, la catástrofe y los miedos que genera el descontrol de la central nuclear de Fukushima, la crónica cotidiana de las descalificaciones, de los insultos, de la crispación permanente que nos asedia desde los medios de comunicación, en los sucesos y tragedias que nos narran de forma insistente, en los episodios mediocres y coléricos de la actividad política y sus trastiendas repletas de malos usos, de abusos y despilfarros que generan desilusión, escepticismo y tedio en la ciudadanía.

Atrás han quedado también las preocupaciones y el desencanto, las contrariedades y los conflictos, y las horas transcurren como los propios arroyos que vadeamos, cantarines y plenos, sin más inquietud ni cuidado que avanzar por sus cauces mientras las luces de la jornada se aproximan al reposo merecido de la noche.



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