viernes, 9 de octubre de 2009

QUÉ MÁS DA QUE NO CONOZCAN

En la actual coyuntura
y tal como está el mercado,
¿quién convence a los alumnos
que estudiar no es un pecado?
¿No es mejor, pensarán ellos,
ser futbolista aplicado
que, con un pelín de suerte,
ganará multiplicado
lo que ganan en su vida
todos los miembros de un Claustro?

Qué más da que no conozcan
la geometría o el cálculo
o que no sepan quien fuera,
por ejemplo, John Dos Passos,
ni Cortázar, ni Neruda,
ni Copérnico ni Erasmo.

“El dinero es lo que importa”
es el mensaje encriptado
que a diario se percibe
por todos los ciudadanos
que circulan por la red,
por la tele, labio a labio,
y que se cuela en sus mentes
de adolescentes primarios.

Qué más da que nada sepan
de Aristófanes o Plauto,
de Ionesco o Calderón,
que ni amen el teatro,
¿acaso no se valora
mucho más el Gran Hermano
que, además, no necesita
de esfuerzo, guión o actos?

¿No es mejor ser un torero,
un cantante o un chiflado
que cuenta sus veleidades
a un público anonadado
al que se le van los días
frente a la tele sentado
y disfrutar de la vida
con los bolsillos inflados
que pasarse horas y horas
con los ojos agachados
aprendiendo logaritmos,
fórmulas y nombres raros
que no dan conversación
ni en los andenes del paro?

¿Con qué argumentos podremos
convencerles que estudiando
se enriquece y se transforma
la esencia del ser humano,
se curan enfermedades,
se desvelan los arcanos
y misterios que nos tienen
en sus miedos encerrados,
se mitigan los dolores,
y se idean nuevos fármacos
que nos hacen el vivir
mejor y menos amargo?

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