domingo, 12 de diciembre de 2010

OPERACIÓN GALGO


Cuando estalló la noticia de la “Operación Galgo”, estaba leyendo Contrarreloj, la novela de Eugenio Fuentes en la que el detective privado Ricardo Cupido y su inseparable Alkalino investigan la muerte de un ciclista (recuerdos a Bardem) en el Tour imaginario en el que se desarrolla la novela publicada por Tusquets.
En la novela, como en la realidad, el dopaje de los deportistas parece hoy una práctica tan extendida que salpica incluso a aquellos que no la practican, ya que el daño que hacen aquellos que viven del fraude, del engaño y la mentira no sólo les perjudica a ellos mismos y a su entorno más o menos próximo, a su palmarés, a su imagen pública y a su credibilidad; destruye, además, la confianza de los ciudadanos, la esperanza de los que buscan en el deporte un modo de vivir y de ser y ensucia incluso la imagen de todo un país en el que seguramente existirán muchos deportistas que se esfuerzan día a día por conseguir los triunfos dentro de los límites de su propia naturaleza, en sana competición con sus rivales y sin apelar a suplementos químicos. ¿Aprenderemos alguna vez que el fin no siempre justifica los medios?

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