miércoles, 8 de diciembre de 2010

VARGAS LLOSA


Magnífico discurso de este encantador de la palabra, en el que nos recuerda quiénes somos, nuestros logros y nuestros yerros y despropósitos, mostrándonos el mejor camino para transitar nuestra humanidad, aquel que pone justamente en la palabra el medio para superar nuestras frustraciones y nuestros miedos, para encauzar nuestros desencuentros y contradicciones y para llenar de sueños y esperanza las horas del camino. Un placer.

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