domingo, 29 de noviembre de 2009

LA TAREA DE PENSAR

El pensar sólo avanza cuando se objetiva, es decir, cuando lo realizamos oralmente o por escrito, cuando lo hacemos público. Si dejamos de objetivar nuestro pensar (o de intersubjetivizarlo, mediante el diálogo), éste acabará por esclerotizarse, por reducirse, por casi desaparecer en un mundo de sombras innombradas. El pensar, pues, constituye y se constituye en un devenir dialógico, se hace en la medida en que se da a los demás, en que se exterioriza.
En este exteriorizarse, en este darse a lo otro, se manifiesta el elemento "amoroso" del pensar, en cuanto que busca lo otro distinto para acabar de hacerse, para complementarse, para "abrirse" a nuevas realidades y a nuevos significados, y en ese encuentro con otras maneras de pensar y de ser se realiza la construcción y el perfeccionamiento progresivo de lo que hay.

No hay comentarios: