domingo, 22 de noviembre de 2009

MEDITACIÓN SOBRE LA CRISIS I


Hace ahora poco más de un año de la quiebra de Lehman Brothers, uno de los mayores bancos de inversión del mundo; con ella, la crisis financiera que se inició en Estados Unidos en el verano de 2007 empezó a tomar tintes más dramáticos y la confianza en el sistema empezó a resquebrajarse a gran velocidad. Paralelamente, la salud democrática, que no está nunca muy boyante, tiene síntomas preocupantes de fiebre y malestar, que algunos brujos intentan alejar con bailes y cánticos, y otros la contemplan con una sonrisa de oreja a oreja, como buitres a la espera del cadáver.
Aunque era difícil predecir lo que ha ocurrido, también es cierto que, aunque fuera a nivel intuitivo, este crack financiero ha sido la crónica de una crisis anunciada. Sabíamos que algo tenía que ocurrir; no sabíamos qué, ni cómo ni cuándo. Como la muerte, aunque la esperes siempre te sorprende.
La política del miedo nunca ha sido una buena política. Superaremos esta crisis y muchas más que vengan, estoy seguro, pero ya no lo estoy tanto cuando me planteo si podremos superar una mentalidad medieval, estúpida, injusta y retrógrada que es, precisamente, la que nos hace tropezar siempre en la misma piedra a pesar de que el ser humano es un ser con una inmensa capacidad de aprendizaje.

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